10 años, que se dice fácil

22 de octubre de 2020 por
Fundación 26d

Antonia San Juan llevaba 20 años sin hablar con su marido… “que se dice fácil”. No, nosotres no queremos eso. Todo el contrario. Queremos hablar, comunicar y compartir nuestra alegría y júbilo con todes les persones que han hecho posible este camino.

 

Oficialmente, el 25 de octubre de 2010, el Registro de Fundaciones de la Comunidad de Madrid dio el visto bueno para la construcción de un sueño, un sueño que se ha convertido en  una aventura cargada de ilusiones y de largas miras; como todo lo que se refiere a la historia de nuestra comunidad.

 

Iniciamos este camino mi marido y yo invirtiendo en el proyecto nuestro pequeño patrimonio, nuestro tiempo y sobre todo nuestro esfuerzo y tesón. Nos ayudaron otres intrépides ilusionades, pero si bien con el paso del tiempo algunes se fueron desencantades, otros enfadades y otres sin sentirse comprendides. Pero gracias a todes elles esta aventura continúa y hemos llegado al día de hoy.

 

Han sido diez años de sobresaltos, tristezas, de sobrecarga de trabajo, pero también de alegrías, teniendo siempre claro que no nos debía faltar el  desaliento.; el desánimo no pertenece a mi bagaje, y eso que ha habido momentos y circunstancias que lo pedían a gritos. Pero como contestó nuestra querida Lola Flores cuando le preguntaron por su inglés, por si hablaba inglés: ‘ni lo permita Dios’.

 

Estoy orgulloso y me siento necesario. Mi proyecto de vida ha valido la pena. He aportado mi granito de arena para cambiar este mundo, recogiendo nuestra historia, cambiándola para mejorar nuestra calidad de vida y dotarnos de herramientas que nos garanticen un cuidado digno y con derechos, y eso sí que no tiene precio. Para conseguir esta realidad, no me olvido de les persones que han creído en estos objetivos. Porque los sueños que se consiguen son aquellos de les persones que se juntan, los que se construyen y comparten en grupo, en equipo. Algunes persones no lo entendieron así desde el inicio. Y es así como algunes intentaron destruirlo, otres se marcharon,  con el dolor que eso deja. Pero otres han llegado y han recogido el testigo para conseguir que la atención especializada a les persones mayores LGTBI sea un derecho. Y es así como la atención a les persones desde la profesionalidad y las buenas prácticas dejan un balance positivo, basado en los conocimientos académicos de las ciencias psicológicas, sociales y educativas.

 

En una década se han conseguido recursos, espacios, visibilidad, dignidad. Se ha acompañado a morir con respeto y cariño, siendo las últimas manos a las que se han aferrado, recordando a quienes hemos enterrado con honores, pero siempre sin olvido.

 

Combatimos la soledad no deseada y ayudamos a salir de los escondites donde han estado agazapados dueños del sufrimiento desde una intervención socioeducativa, así como promocionando las comidas de la abuela, que si bien ha habido dificultades, hoy se puede confirmar que el grupo se ha multiplicado y consolidado. Se puede decir que están preparados para retos más grandes. 

 

Conseguir una vivienda digna es un derecho y la Fundación lo ha implementado a  través del proyecto de viviendas compartidas, convertidas en espacios de socialización donde poder juntarse para reconocerse. Se facilita la vida de aquelles persones en procesos de la vejez con necesidades de un Servicio de  Ayuda a Domicilio y  Teleasistencia especializados en una comunidad como la nuestra, una comunidad diversa afectivo-sexual.

 

El compromiso con les persones más vulnerables de nuestro colectivo se cimienta con la generosidad del grupo de voluntariado, que se deja la piel por preocuparse de les que nada tienen, de aquelles que  definió Carlos Jorge como “viejes, pobres y enfermes.” Un voluntariado que regala su compañía, su tiempo y sobre todo su cariño. Esta actitud nos enorgullece y nos llega al corazón. Dan sentido al proyecto.

 

También es un derecho el acceso al empleo y en este sector la Fundación se ha transformado para desarrollar un programa que lucha por dignificar tales objetivos, mirando hacia una de la siglas que más dificultades tienen para la integración laboral: nuestres compañeres trans y no binaries. Les acompañamos en la formación y en la capacitación para poder incorporarles en esta sociedad donde participarán activamente fuera del victimismo.

 

Me siento satisfecho por haber conseguido que la Fundación sea una fundación tutelar. Desde 2016 tenemos un compromiso con les persones del colectivo más vulnerables, les incapacitades judicialmente. Una forma de garantizar, proteger y atender a sus intereses es darles ese respaldo jurídico. No nos desanimamos en dar respuestas, a pesar de  los escasos medios que disponemos, a nuestra frágil salud mental.

 

Estamos a punto de marcar un hito histórico, la inauguración de la primera residencia especializada LGTBI de carácter público del mundo, la residencia Josete Massa. Escribo estas palabras y se me ponen los vellos de punta. Veo que el viaje a Ítaca está cerca de tocar puerto, y es allí donde nos esperarán nuevas aventuras y nuevos retos; siempre pensando en el bienestar de les persones, que se han convertido desde el inicio en el foco de nuestra atención, pues cada vez que ponemos en práctica el ideario de la ayuda mutua nos sentimos enriquecides y mejores persones.

 

Iniciamos el camino humildemente, en un ámbito de actuación territorial autonómico, pero a día de hoy abarcamos todo el territorio estatal. Una proyección de gigantes que nos hace poner las pilas y asumir la responsabilidad de mejorar las condiciones de vida de les más débiles, y más en estos momentos que estamos sufriendo marcados por la pandemia de la COVID-19. ¡Qué recuerdos nos vienen sobre lo que supuso el SIDA en la década de los 80 del siglo pasado, en la que tantes compañeres acabaron siendo nombres de no tantas pocas lápidas! 

 

Así hemos caminado y avanzado hasta llegar a estos momentos actuales en los que distintas leyes nos protegen, nos amparan, nos reconocen nuestros derechos, pero sin que ello nos haga olvidar que aún debemos realizar cambios sociales. Nuestro reto es formar a esta sociedad en diversidad psicosocial y psicoafectiva y personas mayores. Una herramienta esencial para conseguirlo será la investigación, pues solo desde el conocimiento se pueden obtener mejores proyectos y  recuperar nuestra memoria. 

 

Por ello colaboramos con Instituciones Penitenciarias para trabajar en materia de justicia restaurativa, para todes aquelles persones condenades por delitos de odio, así como también ayudar a les persones LGTBI recluses y mayores, para luchar por el espíritu de nuestro código penal basado en la  reinserción y que ninguna de estes persones se sientan abandonades.

 

Tertulias, coloquios, clases de informática, de inglés, cineforum, vídeollamadas, huerto urbano, grupo de mujeres… y como no, nuestros dos grupos de teatro son motivos más que suficientes para celebrar nuestros 10 años de existencia. Os necesitamos para participar activamente en los nuevos retos, y como cantaba Lina Morgan: “agradecida y emocionada GRACIAS POR VENIR.”

 

Federico Armenteros

– Presidente de la Fundación 26 de Diciembre –

Compartir
Nuestras categorias
Archivo