Cambios necesarios

12 de mayo de 2022 por
Fundación 26 de Diciembre, Federico Armenteros Ávila

En la antigua Grecia los filósofos no vivían en una torre de marfil, dedicados exclusivamente a sus pensamientos e ideas, contemplando el mundo desde la superioridad de su intelecto. Muy al contrario vivían totalmente inmersos en la sociedad de su tiempo preocupados por su subsistencia, por sus familiares y amigxs o por los problemas políticos del momento. Cierto que su extraña profesión de amantes de la sabiduría les hacía parecer a menudo como personajes excéntricos, como cuando el pequeño Sócrates, observaba a los atenienses con sus ojos saltones y les asediaba con sus eternas preguntas.

Pero las diferentes escuelas filosóficas desde los platónicos a los epicúreos, desde los aristotélicos a los cínicos, consiguieron que la humanidad pusiera el foco de atención en la palabra “cambio”.

Cambio Continuo 

Vivimos en una sociedad en cambio continuo; los cambios frecuentes son parte de nuestra vida, cambiamos de ciudad, de trabajo, de casa, de estado civil, y de tantas y tantas cosas que nos configuran como personas, si bien muchas veces no somos conscientes de la velocidad de los mismos, otras nos afectan y ponemos resistencias. Y uno de estos cambios es el traslado de sede de la Fundación 26 de Diciembre de la calle Amparo a la calle Fray Ceferino González.


Han sido muchos años en Amparo 27; tenemos vivencias buenas, regulares, malas, pésimas y también inolvidables. Si hago un recorrido por todos estos años, con cariño, me quedo con lo positivo, pues hemos tenido la valentía de abrir el primer espacio de atención, participación y socialización pensado para las personas mayores LGTBI+, ese grupo olvidado y vilipendiado. Conseguimos visibilidad, apoyo, unión y fuerzas para escribir nuestro futuro. Somos un referente ya que hemos sido de los pocos espacios seguros, pensados y organizados para colaborar, analizar, conocerse y dar respuestas acordes a nuestras necesidades.

¡Cuantos recuerdos!: las primeras comidas, los cocidos, las paellas… pero lo importante eran las risas, las charlas, las confidencias, estar juntos, no sentirnos soles.

En estos años de lucha hemos conseguido que la Fundación 26 de Diciembre sea reconocida en todo el mundo; nuestras actividades, fotos, exposiciones, fiestas… locuras, han traspasado nuestras fronteras creando escuela, lo que ha llevado a que universidades, empresas, organizaciones y personas a nivel individual soliciten conocernos, demostrando que si queremos, podemos. Hemos construido un espacio de encuentro, formación, debates, crecimiento grupal, pero también espacio de despedida a las personas que hemos querido y nos han dejado.

La administración está apoyando mediante la financiación, proyectos que hemos puesto en marcha, con atención profesionalizada hacía las necesidades psicosociales que precisa el colectivo. Pero toda esta labor no tendría sentido sin el esfuerzo del Voluntariado, nuestro brazo armado de compromiso, solidaridad y participación activa, construyendo esa familia elegida.

Son muchos los recuerdos maravillosos que hemos vivido en Amparo.

Deseamos que en Fray Ceferino González se abra un nuevo espacio que nos permita pensar, analizar, proyectar y desarrollar nuevas propuestas; más espacio para la participación y el trabajo en común; en una palabra seguir construyendo un presente con futuro. Nos toca dar vida a la vida, reencontrarnos en nuestra casa y superar los miedos que provoca el cambio.

Vivamos los cambios como algo necesario para ese crecimiento personal y profesional y nos ayuden a afrontar las dificultades cotidianas que esta sociedad nos presenta.

Ánimo y a por ellos.

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